22.1.14

Después de la tormenta siempre llega la calma.

Me cambié de ciudad, lloré muchas veces porque no entendía muy bien que estaba pasando y pues qué boba: estoy creciendo. Ahora me siento con el optimismo hermoso del año nuevo y lo que sea que se siente cuando uno tiene la mente llena de planes. He conocido gente muy interesante. Diferentes. Y lugares. Siento que estoy floreciendo... sexualmente. Uno aprende a apreciar ciertas cosas, un día mi mamá me anunció que ya tenía Whatsapp y sentí mi corazón bailar...


23.8.13

Resumen.

Me puse a escribir esto porque sentía que moría de aburrimiento. Alguna vez leí que eso es algo malo o algo no muy bueno, atención al vacío. Escribiendo, me di cuenta que tengo algunos meses perdiendo el tiempo, gastándolo de forma generosa y un poco tonta.

En la oficina, convierto las horas laborales en pura dicha; paso el tiempo dibujando. A veces me gusta, siempre vale la pena. Luego, llego a casa, me encargo de que Sol se sienta muy feliz (porque verla meneando el muñón que le han dejado esos desalmados veterinarios me hace feliz a mi también). De vuelta en casa veo series, me hundo en la cama, me quedo dormida con pantalones y zapatos, al dia siguiente despierto con la incomodidad de mis llaves pegadas en el cuerpo, mareada de confusión porque no recuerdo qué día es ni qué hora. Hace unos días vi el desorden en el que vivo, al despertar me he mirado en el espejo del baño y he descubierto una moneda de cincuenta centavos enterrada en una nalga.

El desorden es reciente, creo. No sacudo mi propia cama, ni levanto la ropa del piso, mi colección entera de calcetines está sumergida en un bote con otras porquerías y tengo todos los cabellos que quito del cepillo adornando un mueble que yo misma fabriqué. A Sol parece no incomodarle que mis sábanas estén hechas churro con las cobijas y a mí menos. Y aunque tengo tiempo, no tengo tiempo para eso.

Muy mala la situación de que planeo muchas muchas actividades, al final, si cuento cuántas sí hice, me quedo en ceros. Pintar será otra actividad en la lista, comienzo a pensar que será una de esas cosas que nunca haré (por pereza, falta de entusiasmo o ambas). Los pinceles que hace algunos meses consideré mi único tesoro los regalé, y los colores los he dado a mis vecinos (tres críos que sorprendentemente me han parecido muy simpáticos). Sé que ellos les sacarán mayor provecho.

La universidad comenzó hace buen rato, no me aburre, no la odio y eso es nuevo. Me entusiasmé cuando empecé a enterarme de cosas que sí me interesan y desde entonces me siento igual. No me he atormentado porque tardé mucho tiempo en decidirme, estoy tranquila.

Tengo planes de mudarme a la gran ciudad, por muchas razones. Cada que me frustro porque no siento que los planes avancen como quiero, pongo muchos discos y después de estar mucho tiempo pensando, acabo por creerme que la vida es corta, que quiero conocer más, más y más de lo que toda la gente habla, y que si no lo hago por miedosa... lo bueno es que sí lo haré. No me preocupa más que lograr no separarme de Sol y conseguir un empleo sencillo donde no tenga que treparme en zancos ni vivir estresada. Deseo un empleo que me permita alimentarme, pagar la renta e ir al cine de vez en cuando. Quiero el tiempo necesario para aprender, para dibujar y para despertarme tarde.

Hace unos días lo pensé en voz alta y me llamaron ingenua y muy joven. Debo serlo.

2.7.13

Por eso me pego al monitor.



29.6.13





1.- Estoy contenta porque mañana iré a la playa y no me acuerdo de cómo es ni de cómo huele. Cuando era chica viví en La Paz, pero no guardo recuerdos... a excepción de uno, dónde puedo ver cómo alguien me tiene en los brazos y amenaza con mojarme. Supongo que ese, en caso de ser real, podría ser el primer recuerdo de mi vida. El segundo es cuando soplé las velas de mi cuarto cumpleaños, luego cuando me hice caca en los huaraches y no le dije a nadie, sólo los lavé en el lavadero y esperé en el sol hasta que secaran. No me parece una anécdota vergonzosa, tenía cuatro años, no veinte. Y aunque hubiese tenido veinte, tal vez no hubiera sido tan penoso; una vez, en el trabajo, dos chicas me han contado cómo han perdido la batalla y se han surrado en los pantalones. Me encantan esas historias, siempre me hacen reir.


2.- Ya fui a la playa y regresé. No me gustó. Hicimos un trayecto largo en una lancha que se convulsionaba y en la que sufrí porque sentía que se me salían los intestinos de pura nausea. Al menos estaba nublado, bonito. María Isabel dice que es malo quedarme con el recuerdo de una playa puerca con botellas de plástico en la arena. El viaje fue agotador, pero al menos me reí todos los días y ahora tengo un pantone más oscuro. La primera noche sobreviví a un ataque de escarabajos que parecían de madera y la segunda a una lluvia peligrosa y asesina. Contemplo la maizena en los hombros para no morir de ardor.



1.6.13

If you are making mistakes...



26.5.13


Vivo en esta casa desde enero y no había llovido. El viernes llovió, ayer llovió y ahora llueve. No puedo cerrar algunas ventanas y siento que moriré con un río atorado en el cogote. Ver la lluvia desde la ventana es hermoso y me pone sentimental. Ayer mientras se inundaba la ciudad, vi al novio durmiendo, respirando lentamente, y sentí ternura y ganas de besarle la cara. Lo hice pero no se despertó. 
Le amo y quiero seguirlo hasta el fin del mundo!

1.5.13

Actualización aburrida pero importante.



Ayer desperté lentamente de una pesadilla donde otra vez me golpeaban en la calle y eso ha sido lo peor de estos días. Hay algo raro en estos meses, todo sale más o menos bien, o no sé si soy más tolerante conmigo misma. Ayer que me desperté llorando y con una angustia que me aplastaba el pecho, recordé los días pasados y ese mal sentimiento se esfumó por completo. Hoy por la tarde comí algo tan simple como una tortilla con queso fresco y café negro, me supo riquísimo. No extraño comer animales con ganas. Sólo no los como. Ni el huevo. Las cosas en la oficina están peores, pero mi colon no sufre como antes. Entré a la universidad por fin y estoy feliz con eso. No he leído un libro completo como en tres meses, sólo no he tenido ganas. Mario Vargas Llosa es una decepción grande. Sus artículos periodísticos tampoco son muy buenos. Mi colección de cachorros se ha disminuido seriamente y siento que me hacen falta. Sigo dibujando y el otro día hice una muñeca con manos, me costó algo de trabajo. Conocí a dos personas interesantes y todo el día estuve hablando con ellas, al día siguiente me sentí vacía, no tenía nada más que decir, se llevaron todo. Desde que me mudé no me he inventado enfermedades. Me siento tranquila. Virginia Woolf es otra decepción, nada más no me gustó. No me preocupa tanto el futuro ahorita, sólo trato de hacer lo que me gusta en el momento. El aguacate es un descubrimiento importante. El amor también. He superado el hecho de que mi vecina escupe con ganas. Tal vez es sólo por hoy, pero siento que entiendo al mundo un poquito...

24.4.13

Lecciones de Isadora Duncan.


21.3.13

Nada, estoy feliz.




Estoy saliendo con alguien que me sorbe los sesos un poco y que me hace reír. Creo que eso puede quedarse corto; cada que lo veo y lo leo siento caliente el pecho y la cabeza. Cosquillas. Llevo un par de semanas que no pienso en otra cosa, en nada más. 
Una noche lo vi tocando la guitarra y cantando emocionado y sentí el amor, el rayo que golpea a Corleone. Todos los síntomas son nuevos. No quiero que termine nunca.


5.2.13

We've been here before...



No sé qué tanto tiene, pero me fascina y me tiene enganchada, ahora sólo pienso en escucharla días enteros hasta que me exploten las orejas.
Creo que se parece a ésta
Tristes-raras.